IMPORTANCIA DEL MARINA MERCANTE VENEZOLANA
Siendo el transporte marítimo de
gran importancia para Venezuela ya que, casi la totalidad en volumen (salvo el
comercio con países fronterizos) del comercio exterior del País se realizaba
por vía marítima, y ante la situación descrita, el Gobierno Nacional, decretó
la entrada en vigencia para Venezuela de las Decisiones 2886 y 3147 de la
Comisión del Acuerdo de Cartagena, mediante las cuales se derogaron
disposiciones expresas de la Ley de Protección y Desarrollo de la Marina
Mercante Nacional, y se abrió irrestrictamente el acceso a las cargas de
importación y exportación generadas por Venezuela, a todos los buques de
cualquier nacionalidad, que ya tenían acceso al 50% de dichas cargas, en virtud
del Artículo 9 de la mencionada Ley.
Tal actitud resultada absolutamente
incomprensible, tomando en cuenta que la reserva de carga es un mecanismo
utilizado por los Estados industrializados y, adicionalmente, constituye un
derecho reconocido por las Naciones Unidas mediante instrumentos que han sido
firmados también por tales Estados industriales, como es el Código de Conducta
de las Conferencias Navieras previamente mencionado. Como consecuencia de esto,
y ante la ausencia de otros mecanismos de incentivo a esta actividad lucrativa
pero riesgosa desde el punto de vista económico, la flota mercante nacional se
redujo a su mínima expresión, puesto que el Armador nacional prefirió abanderar
sus buques bajo pabellones de conveniencia para evitar problemas de índole
laboral, fiscales, impositivos, etcétera.
A raíz de la eliminación de la
reserva de carga, la flota mercante Venezolana que existía, con la excepción de
la Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN) y de algún pequeño armador
criollo, pertenecía a las empresas transnacionales, aun cuando por pura conveniencia
navegaban con pabellón venezolano, se redujo; al igual que la de los demás
países que constituían la Comunidad Andina (CAN)8, se redujo a su mínima
expresión, así:
- Para mediados de los años 80,
la flota mercante venezolana estaba compuesta por 82 buques mayores de 1000
toneladas de registro.
- Para el mes de Enero de 1993,
la flota se redujo a 35 buques mayores de 1000 toneladas de registro.
- Para 1995, la situación empeoró
aún más a causa de la quiebra de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación
(CAVN), hecho éste que redujo la flota pública y privada a 27 unidades, de los
cuales solo 6 eran buques de carga general.
- Para 1997 la flota mercante
venezolana estaba conformada por 49 buque con un totoal de 603.236 toneladas de
registro.
- Para el 31 de octubre de 2005
la flota se constituia con 473 buques mayores de 500 AB y sumaba 1.808.834 UAB.
Las cifras no podían ser más
elocuentes; como consecuencia de la apertura irrestricta, en términos
absolutos, en el período señalado, la flota mercante se redujo de 82 buques a
27. En el sector privado, la situación fue más grave: de 36 buques, se redujo a
6 unidades. La misma Decisión 314 que, como quedó dicho, originó la debacle de
las flotas mercantes en todos los Países miembros9 de la Comunidad Andina
(CAN), previó en su normativa medidas compensatorias destinadas a reducir los
perjuicios que la intempestiva apertura provocaría.
Desde el punto de vista
legislativo esta serie de medidas, nos colocaban ante un régimen de fomento
para el impulso de la Marina Mercante, sometido a la reserva de carga, la
reserva de cabotaje y otros incentivos. Es por ello que se planteó la necesidad
de crear un cuerpo normativo que tuviera como objetivo oficial, desarrollar una
flota mercante nacional moderna y completa, dado que actualmente en el País no
existe, y resulta necesaria para cumplir con los acuerdos de integración
regional celebrados por la República. Tras el cierre de la Compañía Anónima Venezolana
de Navegación (CAVN, 1994) previamente comentado, el paso de cargas dentro y
fuera del País se realiza a través de la negociación directa y completamente
libre del exportador o importador con líneas navieras internacionales, en
función de la calidad, el servicio y costos.
Como consecuencia de esta
situación, así como por el alto costo de registrar un buque en Venezuela,
muchos de los armadores nacionales optaron por enarbolar banderas de otros
países perjudicando así la actividad de la flota nacional; presentándose de
esta manera un retroceso para la actividad comercial por agua del País. Para
Julio del año 2000 el gobierno promulga la Ley de Reactivación de la Marina
Mercante, dentro de los elementos más resaltantes que observamos en esta Ley,
se encontraban los incentivos fiscales de los que gozarían los buques que se
registraran en Venezuela así como también, la adecuación de toda la legislación
relacionada a objeto, de darle coherencia a todas las actividades vinculadas al
sector. Ejemplo de estos beneficios eran: exención del pago de los derechos de
importación, así como el impuesto al valor agregado sobre las importaciones de
buques; se consideró la rebaja del impuesto sobre la renta equivalente a un 75%
del monto de las nuevas inversiones destinadas a la adquisición o arrendamiento
de nuevos buques.
Al no existir una infraestructura
en Venezuela ni condiciones adecuadas para la construcción de buques, era
necesario adquirirlos en el extranjero lo q representaba costos de
nacionalización entre otros, lo cual hacía onerosa esta actividad para las
empresas nacionales, aspecto que obligaba a los propietarios de buques a
considerar la opción de “paraísos fiscales” en los que no tenían que pagar
tributos por algunos de estos trámites. Esto aunado a las demás erogaciones
derivadas del desarrollo de la actividad marítima por ejemplo: los costos
derivados de tener tripulación Venezolana y considerar los aspectos legales que
se establecían en la Ley Orgánica del Trabajo, implicaban el pago de grandes
sumas de dinero para satisfacer sueldos y salarios, que regidos por una
legislación poco realista y flexible incrementaban de forma considerable los
costos operativos y conducían a un panorama poco óptimo en las empresas por lo
tanto disminuyó considerablemente la flota nacional en aquellos momentos.
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